Que las personas de la tercera edad pasan mucho tiempo delante de la televisión es una realidad. Concretamente, el grupo de mayores de 64 años que compone parte de la sociedad española consumía casi 6 horas diarias de televisión, (5 horas y 53 minutos) en 2019, según el informe anual de análisis televisivo de Barlovento. Asimismo, por persona se alcanzaban las 7 horas por jornada entre los mayores.
Esta cifra, que lejos de reducirse, prevé aumentarse de cara a los datos anuales de 2020 a causa de la pandemia y sus respectivas consecuencias sociales y sanitarias, como el confinamiento domiciliario que tuvo casi tres meses de duración, parece no haber pasado desapercibida para las cadenas, que comienzan a poner a punto sus formatos para enfocarlos al que, probablemente sin quererlo, se ha convertido en su público objetivo.
Las cadenas generalistas han tomado nota
Por el momento, Atresmedia daba paso hacia delante el año pasado con la creación de La voz senior, una variante que logró en su debut una audiencia media de dos millones de espectadores y cuyo fin reside en encontrar las mejores voces, mayores de 60 años, de España. En este caso, sus participantes son personas de la tercera edad que guiados por el viejo dicho de “a la vejez viruelas” pretenden alzarse con el ansiado puesto ganador y dar a conocer su talento.
Pero, no se queda únicamente en el ámbito musical esta repentina incorporación de los más veteranos al mundo televisivo. La cocina y los fogones de Masterchef, en esta ocasión programa de TVE, también se han preparado para recibir estas Navidades, durante un especial de un día de duración, a un grupo de abuelos dispuestos a competir con sus mejores recetas.
Por su parte, Mediaset ya ha llevado a cabo varias veces variaciones de algunos de sus formatos más míticos, como First Dates e incluso Mujeres y Hombres y Viceversa.
Pero más allá de tratarse de una mera intención de ampliar el abanico de edades y llevar a cabo una acción inclusiva de todos los rangos de edad, las cadenas parecen tener muy claro hacia dónde avanza su futuro, y en qué lugar reside su ‘cliente’ potencial. Y es que, los datos mencionados al principio de este artículo superan en casi 20 minutos los 343 de media frente al televisor por anciano que registraba la consultora especializada Kantar en 2017.
Pirámide poblacional invertida
Además de ser los que más tiempo ven la televisión, también son los seguidores mayoritarios de ésta, en España en mayor medida, probablemente por la pirámide poblacional invertida que caracteriza al país desde hace décadas. Pero también hay muchas otras razones que conducen a que esto ocurra, entre las que se encuentran la mayor disponibilidad (al contar con más tiempo libre tras la jubilación), el aburrimiento, la necesidad en muchos casos de compañía y el desconocimiento o desuso de otras vías, como las plataformas digitales Netflix, HBO, Primer Vídeo…
Mientras que la generación de los millenials y sus padres ya no se conforman con los tiempos que impone la televisión lineal y optan por ver sus series y películas sin anuncios ni esperas a través de estas alternativas, una mayoría de los abuelos, no tan acostumbrados a manejarse como pez en el agua con estas nuevas tecnologías, se adaptan a la tele de siempre, la tradicional, y consumen programas, concursos e informativos en directo.
Que la televisión lineal esté perdiendo seguidores tímidamente año tras año y que la edad de sus mayores fieles sea cada vez más elevada pone en jaque a un medio que debe reinventarse o morir. Puede que la televisión como medio no termine, pero el concepto que hasta ahora se ha conocido de ella es muy probable que tenga que cambiar y jugar con las fórmulas hasta encontrar aquella que se adapte a la nueva sociedad y compita con la tendencia positiva ascendente que registran las plataformas.
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