Los tiradores, las tablas de cortar y los vasos del cepillo de dientes acumulan muchas bacterias.
Aunque nos armemos de todo un auténtico kit de limpieza con guantes, lejía, cepillos y paños limpios, nos tiremos horas limpiando, y pesemos que todo está perfecto, sentimos decirte que hay algunos lugares de las casas en los que no solemos reparar durante la limpieza y por el contrario son donde más gérmenes se acumulan. Para que no se te olviden la próxima vez, vamos a destacarte algunos de estos lugares que son auténticos focos de contagios.
Tanto el pomo de la puerta de la entrada de casa, los de las puertas de las habitaciones, el pasillo o, muy especialmente, el de la puerta del baño, acumulan bacterias que ni te imaginas y el problema está en que habitualmente olvidamos limpiar estos objetos.
Pero hay más. Los tiradores de los muebles del baño o de la cocina también son uno de los lugares donde más suciedad, grasa y gérmenes se acumulan.
Así que, si has terminado tu limpieza semanal y has olvidado estos lugares, te aconsejamos que te armes de una buena bayeta y de un poco de lejía para que los repases. Si lo prefieres, puedes utilizar vinagre, ya que es otro producto desinfectante natural muy eficaz contra las bacterias.
Aunque las friegues con agua y jabón tras cada uso o les pases una bayeta, estos utensilios de cocina acumulan gran cantidad de microorganismos que pueden acabar resultando perjudiciales para nuestra salud cada vez que volvamos a utilizar la tabla para cortar un nuevo alimento.
Para una buena desinfección te recomendamos rociarla con vinagre blanco y dejarlo actuar durante al menos 10 minutos. A continuación, enjuágala con abundante agua y, muy importante, déjala secar correctamente antes de guardarla.
Se trata de otro de los lugares que solemos olvidar en nuestra limpieza diaria y en el que habitualmente se acumulan muchas bacterias.
Aunque pensemos que los cepillos de dientes están desinfectados por aplicarle pasta dentífrica y estar debajo del grifo habitualmente, estás equivocado. En ellos suelen quedarse restos de comida y bacterias y, si no se secan correctamente, pueden llegar a generar incluso hongos. Por ello, es importante que los limpies y seques bien antes de guardarlos y los cambies con frecuencia para evitar problemas de salud.
Pero, además, esa suciedad de los cepillos se acumula en el lugar donde los guardamos: los vasos del baño. En este espacio campan a sus anchas todo tipo de hongos y bacterias que pasan del cepillo al vaso y del vaso al cepillo. De nada sirve, cambiar de cepillo si no limpiamos el vaso con frecuencia. Anótalo en tus tareas domésticas para evitar infecciones en tu boca.
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