Es el primer resultado de la encuesta habitual a residencias de Envejecimiento en Red. Agradecemos a los directores de residencias el alto nivel de respuesta, más meritorio por la presión a la que se han visto y se ven sometidos por la continuación de la pandemia y sus consecuencias en pérdida de vidas y otras implicaciones laborales, de gestión, de relaciones con las familias, y problemas de diversa naturaleza en los residentes.
Procedimiento. La estimación explota nuestra base de datos de residencias, actualizada mediante revisión de repositorios de las comunidades autónomas (páginas web y otros) y una encuesta a las 5.568 residencias de España, realizada entre septiembre-diciembre de 2020. Se preguntó por nivel de ocupación con referencia a septiembre de 2020, al que respondieron 3.568 residencias, resultando un patrón de ocupación media del 81,3% (1). Se asigna este patrón a las residencias que no respondieron, pero de las que conocemos las plazas totales (2). Este procedimiento de asignación de plazas ocupadas es una debilidad de la estimación.
Resultado. En la fecha de referencia de nuestro cálculo había 384.567 plazas en residencias de personas mayores en España (Tabla 1). Sumando las plazas declaradas como ocupadas más las plazas ocupadas asignadas en la estimación, obtenemos una media de 312.753 residentes en septiembre de 2020.
Entre 2019 y 2020 ha habido aumento de plazas residenciales, pero ha descendido el nivel de ocupación que se sitúa en el 81,3%. Se han perdido 21.167 residentes, un 6,3%. La razón fundamental de este descenso es el elevado número de defunciones por la pandemia de covid en su primera ola, marzo-mayo de 2020, que continúa en menor escala en los meses siguientes. Otras razones de la menor ocupación residencial, difíciles de estimar, son las posibles salidas desde las residencias a sus domicilios familiares (si es que ha existido este supuesto), y quizá unas entradas de nuevos residentes más bajas que en años anteriores, que no han compensado la mortalidad no-covid habitual en residencias (3).
La primera ola de la pandemia (marzo-mayo de 2020) destapó un desconocimiento generalizado sobre la vida en las residencias y la escasa y dispersa información existente sobre esta población institucionalizada. Algo muy cercano a un descuido general, social, político y sanitario, que ha dañado innecesariamente la imagen y el buen hacer de la mayoría de estas instituciones y del personal que en ellas trabaja.
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