Diputados, senadores y exministros contribuyen, como la mayoría de los trabajadores, como asalariados, al Régimen General de la Seguridad Social. Sólo los ex presidentes del Gobierno tienen derecho a percibir un salario vitalicio después de dejar el cargo, creado por Felipe González en 1992. De esa manera pueden usar ese dinero como quieran, sin ningún control.
La reforma que lo cambió todo
En Julio de 2011 se aprobó una reforma en virtud de la cual contribuirían diputados, senadores y otros altos funcionarios, así como el resto de adherentes a la Seguridad Social. Así, los privilegios de los que disfrutaba hasta entonces fueron revocados y sometidos a un régimen similar al de cualquier otro trabajador, aunque cabe señalar que la reforma no fue retroactiva. El propósito de este cambio era acercar a los políticos cada vez más a los ciudadanos comunes, pero, por supuesto, su salario supera con creces lo que acusa un ciudadano medio, por lo que su beneficio de jubilación también es diferente.
¿Y los diputados? Pues bien, tienen derecho a percibir una pensión de jubilación cuando cumplan 63 años (hay que recordar que la edad de jubilación en España es actualmente de 65 años y 10 meses, ampliándose progresivamente hasta los 67). Esta pensión se paga con cargo al presupuesto de la UE y representa el 3,5% del salario por cada año en el cargo, hasta un máximo del 70% del total. Pero además los eurodiputados tienen acceso a la pensión española si han aportado suficientes años para hacerlo.
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